Por Carmen Díaz
“Más de un millón de almas se han ido en el año 2020, sin una caricia que les ayudara a cruzar. Ojalá que esta música os sirva de senda para que el camino al otro lado sea más bello. En esta noche mágica donde se honra a la muerte igual que a la vida ya que sin la una no existirá la otra.
Ara Malikán, violinista armenio
Arocutín, Michoacán, 1 de noviembre de 2020
No quiero morir sola, no.
No me lleven, no.
Aquí en mi cama,
mi ventana abierta
los bambús rasgando el viento
mi gata, dormida en mis pies ya fríos
sentada a mi lado mi bienamada hija
mi mano entre sus manos
su fuerza, su calor penetran la piel
las risas y voces alegres de los chiquitos corriendo por la casa…
No quiero morir sola, no.
No me lleven, no.
Mi casa, mi cuarto, mi cama…
Con los de mi entraña
mis hermanos
ellos conmigo, yo con ellos
conmigo en este trance
en este pasaje.
No quiero morir sola, no.
No me lleven, no.
Una suave voz, un tenue rayo de luz
me animan a dejarlo todo
a deponer la lucha
a emprender el último viaje
a la tierra prometida
noche serena, mar en calma
sin llanto
sin dolor.
Reconozco ya los rostros amados de los que se adelantaron
sonrientes.
Si he de morir…
Si he de partir
no quiero morir sola, no.
No me lleven, no.

Texto producido en el taller de Fundamentos Literarios de Trithemius.
Inscripciones abiertas.